Los satélites de control climático del planeta capital del Imperio Ákila, son los encargados de dirigir y controlar el clima y la meteorología de su biosfera. Sus fuentes de energía, son autorecargables mediante finos paneles de mineral de Vignis, reactivos a la radiación solar, los cuales les permiten absorber, transformar y condensar grandes cantidades de energía solar. Dichos paneles están protegidos ya sea contra restos de basura especial, como meteoritos u otros dispositivos orbitales, por balizas anti-colisión. Mediante su comunicador, el centro de control de satélites de superficie, dirige su funcionamiento a través de los tres sensores principales: de proximidad, electromagnético y térmico. Tras recoger y volcar los datos al procesador de información, e identificarlos y analizarlos, acto seguido emiten las ordenes pertinentes a los Nodos de intervención térmica (encargado de la regulación de la temperatura ambiente, vientos y tornados), e intervención electromagnética (encargado de la regulación de tormentas, precipitaciones y bancos de nubes). Controlando, dirigiendo y siguiendo las evoluciones climatológicas de todo Ákila.
Características estructurales: Carcasa construida a base de fibra de plastanio, con un alto de 0,75 metros, un largo de 1,80 metros y un ancho de 2,30 metros respectivamente.
Anexo: Sus programas de información automatizada como códigos de funcionamiento, están siempre encriptados en clave Imperial, de tal forma que ante cualquier posible intento de manipulación externa, tales satélites se bloquean, pudiendo ser solo reactivados por una contraseña secreta, impidiéndose así ser utilizados y saboteados contra los habitantes del planeta por cualquier intruso.
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