INVENIO
EL HOMBRE, UNA CRIATURA CON IMPLANTES.
El hombre se había convertido en un mero instrumento de carne con multitud de implantes adosados a su cuerpo, cuyo destino estaba encaminado a una única meta, la producción y beneficio de Invenio y sus magnos complejos industriales.
Tales implantes, controlaban sus horas de trabajo, rendimiento productivo, desgaste y capacidad física y psíquica, facilidad de adaptación, iniciativa empresarial, su nivel de conflictividad o comunicación...incluso pautas de comportamientos reguladas con micro controladores-neuronales, por supuesto a cambio de ello, si cumplía con los requisitos exigidos en la compañía, en su nomina semestral, se incluía una compensación añadida, una bonificación extra por su..."Colaboración y devoción en el progreso y desarrollo de la compañía, abnegada y eficazmente, con un espíritu de completo desinterés personal".
Ni más ni menos que un impresionante e intrincado sistema de esclavitud encubierto y hábilmente ocultado a los ojos de la Interfederación de planetas libres, los sistemas unidos y el resto de civilizaciones libres e independientes, con mínimos costos y monstruosos beneficios.
Metodología semejante a la explotación infantil de mitad del siglo XIX en la vieja Terra-Mater, los niños al ser más sumisos y cobrar sueldos más bajos, produciendo prácticamente lo mismo, constituyeron una degradante y beneficiosa mano de obra para gentes sin escrúpulos y para vergüenza de la historia.
Por desgracia irónicamente la historia con algunos matices se repetía en los mundos de Invenio, cuando más pobres eras, incluso tu intimidad tenía un precio, si te negabas, protestabas o te rebelabas contra el sistema, te convertías automáticamente en un proscrito, en una persona poco recomendable, de dudosa credibilidad, no siendo aceptado en ninguna empresa hasta que por la necesidad terminabas vendiendo parte de tus órganos, por último eras recogido por una maquina de mantenimiento de los niveles inferiores en los subterráneos de la subciudad y transportado a los hornos crematorios públicos.
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